jueves, 14 de junio de 2012

Huellas, El Limón

Huellas, El Limón El paisaje no puede ser más grato y el silencio es un regalo de la vida. Sueltas el pensamiento y te alejas del propósito inmediato que te llevó allí y piensas ¿qué se le ofrece al campesino para que se quede aquí? Estamos nueve Km. del pueblo, o sea del centro de la ciudad. A esta comunidad se llega en moto concho o en camioneta que sube una vez al día. Cuando no hay transporte a la entrada, una decide caminar un poco loma arriba a las 8 de la mañana. Preguntas por el camino, ¿cuanto falta para llegar al Limón? y el lugareño contesta: eso está a poco andar o, eso está allí mismo; detrás de esa curva; un poco retirada; ni modo, sigues tu camino y puede suceder que pase un vehiculo al azar y entonces en unos veinte minutos estas en la escuela. Volví al Limón y caminé bastante a pié .los vecinos de la escuela están ocupados con la recolección de la cebolla y naturalmente los niños también. En estos lugares la supervisión tiene que ser seguimiento asistido, puntual y alo largo del año escolar. El Sistema Educativo se beneficiaría de la sabiduría de las personas trabajadoras y de la bondad de sus maestros. En el trayecto un campesino me ofreció una pollita, no la pude aceptar, en cambio compartí galletas y dulces con sus niños. Tiempo después supe que la maestra de la escuela del Limón resultó agraciada en una rifa para los maestros de Ocoa. Su bebé llegaría en casa propia y nueva.

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